La ansiedad es una emoción natural, no hay nada de malo en ella, de hecho es sumamente útil. El problema está cuando se vuelve excesiva o patológica, y puede tener un impacto negativo en nuestro desempeño. En este sentido es cuando solemos hablar de los trastornos de ansiedad.
Hay situaciones de la vida que pueden generarnos ansiedad normal, como una entrevista laboral, una cita con alguien que nos interesa o el primer día en un trabajo. Así como estos eventos, los exámenes universitarios son una fuente común de ansiedad para muchos estudiantes. La ansiedad normal generada por estas situaciones resulta útil, nos permite estar concentrados en el mismo a la hora de rendir la evaluación.
Sin embargo, el problema se da cuando la ansiedad se vuelve excesiva. Si este es el caso, nuestro desempeño puede verse deteriorado. Esto puede manifestarse con respecto a pensamientos, algunos estudiantes pueden pensar “Me van a aplazar”, “El examen va a ser dificilísimo”, “No me siento seguro todavía”.
Esto puede aumentar el agotamiento mental, lo que a su vez deteriora la capacidad de concentrarse y retener la información necesaria para aprobar el examen. Algunos pueden optar por estudiar de manera excesiva y poco eficiente. A su vez, puede tener consecuencias en la manera de comportarse. Muchos estudiantes postergarán el estudio buscando distracciones, o evitarán rendir el examen.
Además, puede afectar la toma de decisiones rápidas y precisas durante los exámenes. Los estudiantes pueden pasar demasiado tiempo revisando sus respuestas y dudando de sí mismos, lo que genera un círculo vicioso aumentando más la ansiedad. Esto termina teniendo un impacto en el tiempo de entrega del examen.
El perfeccionismo desadaptativo: Una mirada a la ansiedad en los exámenes universitarios
El perfeccionismo desadaptativo es otro factor que puede influir en la ansiedad que experimentan los estudiantes durante los exámenes universitarios. Este tipo de perfeccionismo se caracteriza por un alto nivel de exigencia y autocrítica, lo que puede aumentar el malestar si el estudiante no cumple con sus expectativas.
Por ejemplo, si obtienes una calificación inferior a la esperada, puedes sentirte decepcionado y frustrado contigo mismo/a, lo que a su vez aumenta la ansiedad para el próximo examen. Paradójicamente, sacarse una buena nota no alivia el panorama.
Las personas perfeccionistas desadaptativas, a pesar de haber aprobado, suelen estar disconformes, sintiendo que “de todas formas esto era lo que tenía que pasar”, o desmereciendo sus logros pensando que “el examen debe haber sido muy sencillo”.
Algunas estrategias de la psicología para lidiar con la ansiedad en los exámenes universitarios
La terapia cognitivo-conductual es una manera de reconocer los efectos de la ansiedad excesiva y tomar medidas para poder reducirla frente a los exámenes.
La TCC es un tipo de terapia psicológica que se ocupa de identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales que pueden contribuir al mantenimiento de la ansiedad.
Existen algunas técnicas para lidiar con la ansiedad frente a los exámenes, aunque más allá de las técnicas, lo importante es acudir a un profesional y que haga una adecuada evaluación de la persona y diseñe un tratamiento apropiado.
Habiendo dicho esto, algunas técnicas que los terapeutas pueden enseñar a los estudiantes son la respiración diafragmática, la relajación muscular progresiva y la desensibilización sistemática.
- La desensibilización sistemática
Es una técnica que se utiliza para reducir la ansiedad asociada con situaciones específicas, en este caso, los exámenes universitarios. La técnica implica exponer al estudiante a la situación temida de manera gradual y sistemática.
A medida que el estudiante se siente más cómodo y seguro en la situación de examen, la ansiedad disminuye y el rendimiento académico puede mejorar.
- La respiración diafragmática y la relajación muscular progresiva
Son dos técnicas de relajación que pueden ser útiles para reducir la ansiedad en situaciones de examen. La respiración diafragmática implica inhalar profundamente a través de la nariz y exhalar lentamente por la boca, asegurándose de que el diafragma se expanda con la inhalación.
Esta técnica ayuda a reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que a su vez puede reducir los niveles de ansiedad.
Por otro lado, la relajación muscular progresiva consiste en tensar y relajar diferentes grupos musculares de forma gradual. La idea es tensar los músculos durante unos segundos, luego soltar la tensión y relajarlos. Esto tiene como consecuencia la reducción de la tensión física y mental.
Ambas técnicas pueden ser aprendidas y practicadas en casa, y utilizadas previo y durante el examen.
En conclusión, la ansiedad relacionada con los exámenes universitarios puede tener un impacto significativo en el rendimiento académico de los estudiantes. Con la ayuda de un profesional de la salud mental y el aprendizaje de técnicas efectivas, los estudiantes pueden enfrentar los exámenes con mayor confianza y lograr mejores resultados.